Estamos listos tú y yo para matarnos
los dos por algún miserable porcentaje...
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Los Prisioneros
Coyunturalmente a la participación en Copa Libertadores de América, los clubes “grandes” están disputando con la ANFP la distribución proporcional de los excedentes del CDF, interponiendo una demanda contra el ente presidido por Harold Mayne-Nicholls, exigiendo de esta forma que Colo-Colo reciba aproximadamente 4,3 millones de dólares, Universidad de Chile 4 millones, Universidad Católica 3,4 millones, el resto de los clubes 1 millón 200 mil dólares y los clubes de Primera B 350 mil dólares.
El timonel del fútbol chileno advierte su preocupación de cara a una monopolización del torneo en favor de los “grandes de Santiago”, quienes -según sus dichos- tendrían la posibilidad de potenciar a sus planteles en desmedro de los demás clubes.
El campeonato -imperante hasta antes del terremoto- con sistema de play off, en sus 16 versiones ha repartido 11 títulos entre albos, azules y cruzados y con ello el aumento de abonados a la señal de cable, que no trajo consigo una mejora en la calidad del producto fútbol. Curiosamente, desde los inicios de este formato que un equipo chileno no logra superar cuartos de final en Copa Libertadores de América (Cobreloa 2003), nada comparable al “fuego” que otorgaba el torneo antiguo y con ello las grandes campañas que se traducían con éxito en el contexto internacional. Por ejemplo, Colo-Colo ’73, Cobreloa de los ochentas o el mismo Colo-Colo ’91.
En grandes clubes como Boca Juniors, Olimpia o Sao Paulo, es obligación invertir para pelear por este trofeo y cualquier traspié es considerado como un rotundo fracaso por los especialistas, inversamente a lo que sucede en Chile con un medio tolerante a las sequías deportivas, fichajes mediocres y a espectáculos deficientes como el ofrecido antenoche entre Colo - Colo y Vélez Sarsfield.
Por lo tanto, las exigencias económicas responden a los intereses creados por las sociedades anónimas a cargo, quienes buscan rentabilidades en este y en otros nichos, dejándonos en claro que el dinero se impuso como protagonista y que el fútbol dejó de ser una actividad romántica. ¿Quieren dinero?
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