El triunfo sobre Argentina -el 14 de junio pasado- por 71-69, de ninguna manera representa la actual realidad de la alicaída disciplina cestera en nuestro país.
A ciencia cierta, el básquetbol nacional se encuentra inmerso en una profunda crisis, severos problemas económicos aquejan a sus asociados y una competencia debilitada que ahuyenta a los aficionados de los gimnasios, genera el desinterés de los medios de comunicación y de la empresa privada. Una situación insostenible, que precipitó el retiro de la competencia de equipos animadores del campeonato: U. de Concepción, U. Católica, Liceo Mixto y Español de Talca. Los dirigentes de los clubes en conflicto, afirman que en la Dimayor la renovación prácticamente no existe y para muestra un botón: y Patricio Briones es uno de los mejores jugadores de Chile a los 38 años.
Lejos están los años cincuenta, cuando el básquetbol compartía popularidad con el fútbol y con el boxeo. Un extraordinario prestigio logrado por el excelente rendimiento de las selecciones masculinas, encabezadas por figuras de la talla de Juan Ostoic, Rufino Bernedo y Víctor Mahana en los torneos sudamericanos y especialmente en los Mundiales efectuados en Argentina en 1950 y en Chile en 1959.
Chile, en ambas citas planetarias, se matriculó con sendos terceros lugares, detrás de Argentina, Brasil y los Estados Unidos, curiosamente países que hasta hoy mantienen la hegemonía de la especialidad en el orbe. Paradójicamente, Chile jugará el Sudamericano de Neiva en Colombia -desde el 26 de julio próximo- con la escuálida aspiración de superar el último lugar continental del año 2008 en Puerto Montt.
¿Y las ramas femeninas? Las féminas de la época no se quedaron atrás y se adjudicaron de manera invicta el Sudamericano de Quito ‘56 de la mano de una generación brillante, integrada por Onésima Reyes, Irene Velásquez, Ismenia Pauchard, Amalia Villalobos y Marta Ortíz. Súmele además los oros conseguidos en los sudamericanos de 1946, 1950 1960 y los vicecampeonatos en 1948, 1954, 1962, 1967 y 1968.
Para el I Mundial Femenino de Básquetbol de Chile en 1953, nuestras representantes dejaron la vara muy alta con el vicecampeonato logrado en aquel certamen. Aquella gesta hoy se visualiza con distancia y el rendimiento no alcanza para igualar a ninguna de las potencias con las que Chile competía en esos lejanos años. Así lo ratifica el puesto 29 del ranking de la FIBA, destacando en los últimos años las clasificaciones a los últimos premundiales y en la categoría sub-18 hace muy poco con la obtención del cuarto lugar en un mismo torneo de esa índole.
Con tal panorama nuestro país actualmente debe conformarse con mirar por televisión el desarrollo de uno de los deportes más populares del mundo y recordar de vez en cuando que alguna vez tuvo categoría para estar entre los mejores.
Una tarea prioritaria para las nuevas autoridades que rigen el deporte, es rescatar a aquellas tradicionales disciplinas que antaño contaban con la adhesión popular y que honraron los colores patrios en el contexto internacional. Recordemos que Bielsa rescató a la selección de fútbol de los últimos lugares del continente y el boxeo también pide a gritos una revolución de esa magnitud. Por ahora el básquetbol chileno está en la canasta…
viernes, 30 de julio de 2010
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